Mayumana y el calor, protagonistas en la Expo. Tercera crónica

MasterD ha vuelto a visitar la Expo en dos ocasiones y ha comenzado a disfrutar de la muestra en todo su esplendor.

Este blog quiso estar presente en el concierto de Mayumana, el famoso grupo israelí de percusión, el miércoles 18 de junio. La verdad es que el grupo, con su música salida de bidones, cubos de basura, o aletas de buceo, puso los pelos de punta a todos los asistentes.

El recinto estaba a reventar, las colas se sucedían de los puestos de comida a los restaurantes y la gente corría por el adelanto del concierto una hora. A las once, la Expo de Zaragoza era una marabunta de personas. Dentro del anfiteatro habría unas ocho mil personas pero todos los alrededores estaban llenos, las verjas del recinto era un bosque de ojos acuciantes, el pabellón puente y las alturas de los pabellones internacionales, cualquier lugar era válido para ver el espectáculo. En total, 50.000 personas visitaron la Expo ese día, (según diarios aragoneses) un récord teniendo en cuenta que era un día laborable y la primera semana de funcionamiento de la muestra.

El domingo, MasterD volvió a pasar el día en la Expo. Seguimos sin poder dar una valoración de pabellones como Aragón, España o el Acuario pero las filas eran eternas y el calor insoportable.

El blog volvió a quedarse sorprendido de la cantidad de personas que estaban el domingo presentes en la muestra. Las colas se sucedían en el 80% de los pabellones y en algunos eran impresionantes, como en Japón que el cartel rezaba 60 minutos de espera.

Aunque la nota destacada no fueron las colas, fue el calor. Los 37 grados sin una gota de aire avecinaban un día duro. Así fue, pero la muestra esta preparada para ello. Los veranos de Zaragoza son duros y si no hubiesen previsto eso, la Expo podía haber sido un fracaso total, pero no. Los lugares para refrescarse están por todo el recinto y hay ciertos oasis dignos de estarse por lo menos 15 minutos de relax.

El domingo tuvieron un éxito rotundo dos. En primer lugar, el pabellón de Aragón tiene en sus bajos tres bosquecillos de fuentes que rocían agua vaporizada constantemente. Este parecía el lugar favorito de los niños, riendo y corriendo mojados de un lado para otro, aunque también los mayores entraban para refrescarse.

Aunque, si hay un lugar perfecto para refrescarse en la Expo son los alrededores del acuario. MasterD se quedó maravillado y el blog también se refrescó en ese oasis en medio del desierto. La fachada trasera del acuario está decorada con unas cataratas y un laguito en el que se han instalado pasillos de madera para acceder a las mismas cataratas y poder refrescarte con el agua que cae. Además, las orillas están preparadas para que el usuario pueda remojarse los pies, pero sólo eso ya que está prohibido nadar. Evidentemente, los niños hicieron caso omiso a la prohibición y no se limitaban al remojo de los adultos si no que utilizaban el lago a modo de piscina.

La verdad es que el domingo, con un sol abrasador, la Expo Zaragoza 2008 hizo su lema una realidad “la mayor fiesta del agua en la tierra”. Sí, porque antesdeayer, el acuario se convirtió en un espacio de fiesta, de risas, de alegría y de agua, mucha agua.

Pero no sólo estos rincones protegían del calor. El blog pudo comprobar como por megafonía se escuchaban constantemente mensajes para que los visitantes bebiéramos agua constantemente, nos refrescásemos e intentáramos descansar en lugares de sombra. Estas medidas son de agradecer y aunque debieran ser habituales en recintos como este o parques temáticos, no siempre se producen.

Pero el agua no fue nuestra única distracción, MasterD visitó los pabellones de las comunidades autónomas. Algunos han tenido ideas muy originales y otros han abusado de videos y lecturas, aburriendo un poco la visita.

El blog de MasterD destacaría algunos detalles dignos de ser visitados.

El pabellón de Galicia es un remanso de paz con una idea original, crear una pantalla con bolsitas de agua de todos los concejos que forman Galicia.

Euskadi también ha creado un pabellón muy entretenido. Han utilizado paraguas como herramientas interactivas donde ver unos vídeos sobre la comunidad y el agua o las energías renovables. Pero lo que más expectación creaba eran unas mirillas en la pared a través de las que podías ver imágenes bellas del País Vasco, seleccionarlas, darte la vuelta y, voila, una cámara te tiraba una foto. Debajo de la mirilla, había una ranura en la pared por la que salía una fotografía en la que aparecías en el paisaje escogido. Vamos, una idea ingeniosa que sorprendía a todos los visitantes y que conseguía su objetivo: vender la belleza de Euskadi.

Castilla y León tenía una cortina de agua sorprendente. Caían letras que formaban palabras, 50 diferentes nos aclaró una azafata. La verdad es que no podías evitar mirar y quedarte leyendo que palabra caía esa vez.

En el pabellón de Extremadura, también encontramos un rincón lleno de gente que encantaba a todo el que por allí pasaba. Un peso que decía tu porcentaje de dulzura. Este porcentaje no era otro que el porcentaje de agua que tenemos en nuestro cuerpo. No sabemos hasta que punto es fiable ese dato pero el peso dichoso volvía loco al personal.

Y por último, la recomendación del blog de MasterD. Si vais a visitar los pabellones de las comunidades autónomas, no dejéis de visitar Navarra. Aunque no tiene nada interactivo, ni nada espectacular, han creado un vídeo que pone los pelos de punta. La imagen se ve por tres lados de un cuadrado y en ella aparecen personalidades de Navarra que con una canción infantil de fondo te comentan que hace Navarra por el agua, por el desarrollo sostenible, por el mundo. Juegan con la emoción del visitante y sales de la sala convencida de que Navarra es la representante del desarrollo del mañana, un ejemplo para el mundo. Lo que pretendía lo han conseguido.

Una vez más, el blog de MasterD se fue con un buen sabor de boca y con las ganas de volver y seguir encontrando rincones que contaos y recomendaros a todos aquellos que no podais visitar la muestra en profundidad. Continuaremos.